Las “filloas” son un postre típico del carnaval gallego -entroido- , aunque nosotr@s no esperamos a disfrazarnos para hacerlo. Cualquier excusa en cualquier momento del año es buena para ponerlas de postre y comerlas dulces o saladas.
La receta es realmente simple y solo te hace falta una sartén y apetito:
INGREDIENTES
¿TODO LISTO?
1º- En un recipiente batimos los huevos (con varillas mejor).
2º- Después añadimos la leche, el agua o caldo, un toque de canela y la sal, y mezclamos todos estos ingredientes bien. Dale con ganas.
3º- Acto seguido, vamos a añadir la harina. Para evitar grumos lo haremos despacio y a la vez que continúas batiendo. También da buen resultado añadirla tamizada, y sin dejar de batir constantemente toda la mezcla. Si en este momento te preguntas si lo puedes hacer con batidora, la respuesta es sí.
4º- Reposo. Para conseguir la textura y sabor ideal, ahora vamos a dejar reposar la masa una hora aproximadamente.
ELABORACIÓN
1º- Precalentar la sartén, a media potencia. Pon además unas gotas de aceite de oliva (o si tienes aceite de coco, que también le da un toque especial).
2º- Con un cucharón de sopa coges la masa para la primera filloa (a media capacidad, no llenes el cucharón porque sería demasiada masa y te quedaría muy gorda).
3º- Coge la sartén por el mango -literalmente-, porque tendrás que extender la masa con un poco de gracia, moviendo la sartén en sentido circular para “invitar” a que la masa cubra toda la base.
Deberás darle vuelta para que se haga por ambas caras. Te será muy útil para esto y para despegarlas quizá un poco por los laterales, una espátula de silicona.
¿Y cuando están listas?
Pues si te gustan más o menos hechas, ya tu intuición te lo dirá. No te preocupes si la primera no sale bien, es lo normal. Continúa y verás como mejoras en las siguientes.
La tradición ahora manada que la primera filloa se la coma la/el cocinera/o. ¡ñam!